martes, 29 de marzo de 2016

Balance sobre la ofensiva del régimen sirio sobre Palmira/Tadmour:

Tropas leales al régimen de Bashar Al Assad festejando la recuperación de la ciudad histórica Palmyra
Por Martín Romero

Se podría dar por concluida la ofensiva iniciada a principios de marzo de este año por el régimen baazista para recuperar dicha ciudad de las manos de Daesh. Esta importante victoria, sumada al avance de las fuerzas leales en varios puntos del país en los últimos meses desnuda algunos factores que es necesario analizar.

Es innegable el fortalecimiento del presidente Bashar al-Assad de cara a los futuros pasos en las negociaciones y a la correlación de fuerzas con respecto a otras facciones del conflicto, aunque sus victorias, más estratégicas que tácticas, no pueden ocultar que el Ejército Árabe Sirio está prácticamente diezmado en el interior del país.
De los videos y fotos subidas a la red por los lealistas se puede sacar como conclusión que, a pesar de nunca haber perdido el poder aéreo, el verdadero apoyo desde el aire fue prestado por la aviación rusa, puesto que los ataques de la Fuerza Aérea Siria contra los terroristas del Daesh eran inofensivos, comparándolos con los destructivos y potentes bombardeos contra los grupos opositores y la población civil en los barrios de Alepo y Homs en ocasiones anteriores.
Sobre el terreno, la cosa no es muy distinta, porque el régimen perdió muchos soldados, equipos, y principalmente vehículos blindados a manos de los rebeldes, Jabhat al-Nusra y el propio Daesh.
La mayoría de los tanques del Ejército, tras las continuas pérdidas en combates urbanos de los últimos años, quedaron reservadas a posiciones defensivas en torno a Damasco. Hasta la intervención de Rusia, las fuerzas baasistas estaban en franco retroceso, con la mayoría de sus frentes abiertos estancados.
Las fotos y los videos de la ofensiva sobre Palmira son concluyentes: Se ven con mayor frecuencia las camionetas blindadas y armadas improvisadamente que los tanques.

Las insignias que estas portan pertenecen a fuerzas paramilitares como las FDN (Fuerzas de Defensa Nacional, las mismas que esporádicamente intercambian disparos en Qamishlo contra las YPG) y a milicias locales leales al régimen. Más allá de la celebrada victoria del ejército, se puede afirmar que la ciudad recién cayó tras el arribo de los refuerzos de las FDN y el Hezbollah, con combatientes mucho más decididos que los propios soldados regulares.
Sus combatientes fueron los que ingresaron a las calles y entablaron combate directo contra Daesh, mientras que el Ejército se abocó principalmente al fuego de apoyo, con algunos tanques, artillería, y helicópteros artillados. Sobre estos últimos, y los tanques, no queda claro si son parte del material nuevo proporcionado por el Moscú o directamente son los destacados allí por la misión rusa.
La victoria en Palmira/Tadmour es importantísima, sobre todo en estas instancias para el régimen del presidente al-Assad, a pesar de que no haya sido el propio Ejército Árabe Sirio el artífice determinante de la acción, dejando abiertas las puertas para un avance de sus fuerzas a través del desierto, en una posible ofensiva en apoyo a la bolsa de Dir Ezzor hacia el noreste o en dirección  a Raqqa (la proclamada capital del Califato), hacia el noroeste.
Una de las especulaciones que podríamos hacer, es que dentro de las negociaciones entre los gobiernos de Obama, Assad y Putin, se acordó promover la ofensiva de las fuerzas del régimen hacia Palmira, Raqqa y otras localidades, tratando de que estas ganen las posiciones antes que las milicias del pueblo kurdo y sus aliados.
Es que todos estos actores, más allá de ciertas “alianzas tácticas” circunstanciales con las YPG/YPJ y aliados, tienen en claro que si se extiende el proceso de asambleas y las milicias populares de los cantones de Rojava se pondrán en riesgo los intereses económicos y militares de las facciones reaccionarias en pugna.

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